lunes, 31 de mayo de 2010

Cap 08 : Roy Keane


Hay partidos en los que los jugadores se tienen que calzar un par de guantes de boxeo y salir al campo dispuestos a recuperar las raíces del fútbol. Nada de florituras de ballet, hombre, que ésta no es la historia de “Billy Elliot”, el flojeras ese que quería triunfar con las zapatillas de baile. Aquí venimos a repasar los principios básicos de este deporte con la seriedad y el respeto con que se graba un nombre y unas fechas en una lápida. Seriedad y hombría, cojones.

Y nos vienen los franceses a moverse por el césped como si fuera una sartén cubierta de mantequilla. Siempre con su cocina, su grandeur y el Borgogna. Mala cosa. Y mira que lo advertimos en la página web de nuestra federación de fútbol, que “la última vez que una selección poderosa visitó Lansdowne Road supo rápidamente qué tipo de partido le esperaba cuando Roy Keane crujió al holandés Marc Overmars en el primer minuto de juego”. Ahí lo decíamos bien claro y uno siempre tiene que consultar qué tiempo va a hacer antes de salir de viaje para saber qué es lo que tiene que ponerse. Aquí se anunciaban pedradas y el servicio meteorológico de la selección raras veces se equivoca.

En fin, que nuestros chicos salieron al campo con el deseo de no dejar mal al hombre de tiempo. Estaban avisados los franceses y no quisieron escuchar los truenos hasta que los sintieron en sus piernas. Es bueno volver a las raíces y golpear con los tacos las espinilleras como el que le pega patadas a un árbol para que caigan los frutos. No es nada personal, pero conviene recordar que la base de este juego es meter el balón en la portería contraria. Si nos fijamos en otras cosas, puede que al final los conceptos se vuelvan un tanto difusos y uno no sepa qué esperar de un partido.

El Zidane este, por ejemplo, parece un tanto desorientado. Tanto juego de salón está fuera de lugar. Como pedir que te sirvan una Guiness y pararse a ver cómo lagrimea la cerveza en el vaso. La Guiness la pides y te la bebes, sin más. Y luego sueltas un buen eructo, que estás en casa. Eso le dijimos al bueno de Roy Keane, que toda Irlanda estaría muy contenta si Zidane también crujía un poco. Y crujió. Roy Keane se puso la bata blanca de médico y le recordó a Zidane dónde está el addcutor derecho y lo importante que es tenerlo a punto para volver a jugar al fútbol.

Los chicos no consiguieron sacar adelante el partido, pero no puede decirse que no fuera por falta de ganas. Estuvimos muy cerca de tumbar el árbol.

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