domingo, 30 de mayo de 2010

Cap 07 : Lesión de Zidane

Veo a Zidane en un cartel de la marquesina del autobús. Los de Digital + han elegido una fotografía suya para la campaña de abonos de este año. El lema es “Vuelve el fútbol”. Y, por seis euros de nada, te aseguran todo el abono que quieras. La fotografía me gusta. Zidane tiene levantada la pierna derecha hasta la altura del pecho, totalmente estirada, tratando de controlar un balón que le llega, como si fuera un guarda fronterizo de los de antes subiendo la barrera para impedir que pase quien no debe. El gesto en la cara de Zidane, normalmente tan impasible, es de sufrimiento. Muchos jugadores habrían dado ese balón por perdido. Él va a por él porque, si no, dejaría de ser Zidane.

Sigo de paseo con los enanos. Los dos van dormidos. Sé que en cuanto me pare se despertarán, así que doy vueltas alrededor del centro comercial de La Vaguada. Es un barrio que no me gusta nada. La Vaguada se ha convertido en la referencia comercial y también se puede decir que cultural, dada la poca vida que existe fuera de él. Edificios altos en un barrio en el que no encajan las piezas, por mucho que los que llevan viviendo aquí mucho tiempo insistan en que lo tiene todo para convertirse en un buen sitio para vivir.

En otros carteles que me voy encontrando leo dos advertencias sobre el consumo del agua, los anuncios de los conciertos de Oasis, de Fred Ferdinand y de Depeche Mode, el musical de Paloma SanBasilio, la salida al mercado del DVD de la película “Robots” y la nueva colección de Mango. A lo lejos, otra vez, Zidane y su control sobre el balón con las estrellas rojas. El balón, que le tapa el escudo del Madrid, convierte la imagen en algo ambiguo, lo que supongo que no es algo fortuito, dada la gran cantidad de fotografías que hay para elegir. Puristas como son estos chicos de Digital +, habrán visto cierta paradoja en el mezclar en una misma imagen al Madrid con el lema de que “Vuelve el fútbol”. Tampoco hay mucho que reprocharles, considerando el nivel de juego con el que el equipo se marchó de vacaciones la temporada pasada.

En la parte trasera de La Vaguada, en una zona tranquila, llena de mesas, se junta la gente mayor para jugar a la petanca. Veo cómo recogen las bolas con un imán que llevan colgado de una cuerda. Flexionan las rodillas y lanzan la bola con la palma hacia abajo. Llevan tanto tiempo jugando juntos que todo se lo dicen con señas. En una de las partidas sólo queda un lanzamiento. Veo a un hombre de unos sesenta años, con unos pantalones cortos y una camiseta blanca con el anuncio de una ferretería, prepararse para lanzar.

-Ahora os vais a joder – dice.

A pesar de toda la fuerza que tenga la fotografía, para adquirir significado sería necesario saber si esa jugada de Zidane fue relevante para el partido. La belleza tiene que ser, además, útil. Si el gol de Raúl ayer frente a Serbia nos hubiera asegurado el acceso al mundial de Alemania, los aficionados lo recordarían durante mucho tiempo. Basta la cantada de Casillas para que la jugada de Raúl pierda todo el valor y las portadas de los diarios deportivos se fijen en ese balón que se le cae a Iker.

Doy seis vueltas. Un grupo de sudamericanas, sentadas todas en el mismo banco, me siguen con la mirada cuando paso. “Ahí está otra vez”, dicen. Las piernas empiezan a dolerme, pero los enanos siguen durmiendo y tú tienes que hacer de padre. A caminar y a joderse. Tienes tiempo para pensar. En eso de la belleza y la utilidad, por ejemplo, que ha quedado muy bonito pero que no es del todo cierto. Tal vez en el presente utilidad y belleza vayan unidas, pero perdida ya la urgencia de la utilidad, cuando esté en juego la clasificación para el siguiente mundial, la gente volverá a fijarse en ese cabezazo de Raúl. ¿Acaso no recuerdo yo de un partido del Madrid contra el Depor en el Bernabéu sólo el control que hizo Zidane de un balón largo que le pasaron? No me preguntéis por el resultado.

“Vuelve el fútbol”, dice el anuncio, y por la noche leo que Zidane estará de baja tres semanas por culpa de una lesión que se hizo en el partido de Francia contra Irlanda. Rotura del adductor derecho y una pubalgia aguda. Yo apenas puedo mover las piernas, agotado después del paseo. El fútbol vuelve, sí, pero parece que se va a retrasar un poco.

-Ahora os vais a joder – dice el de la camiseta de la ferretería. Veo cómo su bola golpea con precisión la pequeña bola roja, haciendo que se aleje varios metros.

No hay comentarios: