miércoles, 23 de noviembre de 2011

¿Estilo?


No hace falta recordarlos todos para saber que este partido, frente al Zaragoza, es uno de los más aburridos que he visto. El reloj del marcador avanza tan despacio como el juego del Madrid, que ha perdido todo su glamour y muestra su verdadero cuerpo, como un gato de Angora empapado.

-Estos sinvergüenzas me van a matar.

La parsimonia del Madrid provoca a Paula, mi vecina del Bernabéu, cada vez más nerviosa. Uno viene al fútbol para ser como el perro al que se casa a pasear para que se agote corriendo. El perro necesita espacio para desahogarse y volver a casa cansado pero contento. Hoy el Madrid no ofrece ese espacio y con un poco de atención que se preste, se puede escuchar a ese perro dentro de uno arañando las puertas para poder salir. Paula no aguanta más.

¿Y qué otra cosa puedo hacer? Los del Marca regalan el periódico como si supieran que hoy la gente va a tener mucho tiempo para leerlo. El partido contra el Barça está cerca y los periodistas hablan de él, saltándose las referencias al de hoy, que ignoran. De vez en cuando levanto la vista y me encuentro con la jugada donde la dejé : un pase horizontal que se da mientras se espera un hueco.

-¡A ver si marcan y me tranquilizan!

A falta de algo mejor que hacer, el público comienza a pitar a Guti. Es una manera simple de aprovechar el partido. Tampoco arrancar y comerse las hojas del dominical es la mejor forma de sacarle partido a los reportajes, tal como trato de explicarles a los enanos mientras les quito las pequeñas bolas de papel húmedo de la boca. Si ese día me he levantado responsable, me enfrento a los enanos y les hago ver que lo que hacen no está bien.

-¿Y defiendes a Guti?
-¿Pero el resto lo está haciendo mejor?
-No tal mal como él

A los pocos segundos, Guti le da un pase a Robinho iniciando así una jugada que termina en penalty. Es lo único que hace, sí, pero es suficiente. Este argumento, que sirve para ensalzar a Ronaldo, es inservible con Guti porque el Madrid tiene algo de concurso de belleza y el que se lleva la banda de Miss Galáctica la conserva todo un año. Robinho falla el penalti y yo vuelvo al Marca.

Y aburrido. Repaso todo lo que podría estar haciendo y lamento no poder seguir con el libro de Berger que he dejado en casa. Todas sus frases son sólidas como vigas. Se puede permitir poner la vista en cualquier cosa por la riqueza de su mirada. Consigue que todos los objetos y todas las personas que describe destaquen como si el resto del libro hubiera sido escrito para hablar de una mujer, de un dibujo, de unas patatas o de una fotografía de caza. Me gustaría que narrara este partido. Leo los párrafos del Marca rápidamente, como cuando, de niño, apretaba el roscón de Reyes para saber dónde estaba el regalo.

La gente celebra algo. Se vuelve a repetir el rito del penalti. Roberto Carlos le quita el balón a Robinho para lanzarlo él. César no logra pararlo y el Madrid se adelanta con cierto aire de pescador furtivo que da por bueno un ejemplar que debería, por tamaño, volver al agua. Cuando hay hambre, todo es aceptable.

Cuando hay hambre, nada es suficiente. Encuentro el regalo de Reyes en la contraportada del Marca : una foto de Zidane y un titular en el que se dice que es un caballero. Me imagino algún acto en un hospital y lo que se cuenta es cómo se bajó de un coche para, de una patada, devolverles la pelota a unos niños que la habían lanzado por encima de la valla del colegio. En alguien que lleva tanto tiempo sin jugar no es una cuestión de caballerosidad, sino de necesidad, pero hay artículos que se empiezan a construir por el tejado. Marca el Madrid el segundo sin que cambie nada.

Llego a casa de mal humor, con los enanos bañados y durmiendo. Marta me espera para despedirse y acostarse ella también. Aprovecho para volver a Berger. Me dejo llevar por su estilo y siento cómo el perro sale corriendo, excitado por la visión de una llanura amplia y verde. Descubro un párrafo que podría haber acompañado a la fotografía de Zidane :

“¿Estilo? Cierta levedad. Una sensación de vergüenza que excluye ciertas acciones y ciertas reacciones. Cierta manera de sugerir elegancia. La suposición de que, pese a todo, se puede buscar, e incluso encontrar, a veces, una melodía. El estilo es algo muy tenue, sin embargo. Viene de dentro. No es posible encontrarlo fuera. Puede que el estilo y la moda compartan un mismo sueño, pero se crean de forma distinta. El estilo entraña una promesa invisible. Por eso requiere y fomenta cierta capacidad para la entereza y una manera especial de acomodarse en el tiempo. El estilo está muy cercano a la música”

El receptor, encendido. La luz de la lámpara. Silencio.

No hay comentarios: